
En su afán por establecer familias en el valle de Antuco, O’Higgins manda a construir, con mano de obra indígena, el Fuerte Ballenar como símbolo de su dominio.
Hoy este importante vestigio histórico se encuentra en un montículo de 15 metros de altura, entre dos escarpadas sierras, protegido por una estacada y un profundo foso. Sus escalinatas y paredes fueron construidas con piedra laja.
Antiguamente poseía un puente levadizo y disponía de dos piezas, una para el abrigo de las tropas y otra para guardar las armas, municiones y víveres.
Hoy es posible visitar estas ruinas y empaparse un poco de nuestra historia...
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